domingo, 12 de diciembre de 2010

Tablas (E.V.)

A veces cuando se gana, se pierde…

Veo en ella mi alter ego, ese yo que pude ser y no soy. El coste de oportunidad que mi elección generó hace ya un tiempo. Me deje llevar sin duda por el río del destino, intentando conocerme y conocerte, decidiendo estar contigo y después, dejarlo y no volver a besarte.

Sé lo que cuesta y lo que ella ahora tanto vale. Tanto que como tú la quiero y como yo la odio. Tanto que al mismo tiempo se mezcla todo y me vuelve loca. Mi vida desde aquel día ha sido un caos de emociones que ascienden y descienden sin orden ninguno. Ese mismo caos del que hace tan poco hablamos y admiramos su belleza.

Sin embargo, más allá de esto, se que la quieres porque lo que en ella ves, yo también lo veo. Ella es muchas cosas que pude haber sido. Somos como aquellas dos musas francesas, las cuales nos otorgan sus iniciales, que cada cual se antoja más utópica… comparables y a la vez tan distintas.

Verte feliz me ayuda a olvidarte. Saber que ya no me necesitas me duele… pero sabemos amigo que la duda siempre atrae, así como el dolor y el odio se superan. De este modo, el dolor que ahora me causas, queda guardado en mí como un favor y no un daño. Gracias entonces por este acto tan indirecto.

Él también te las daría. Sí… él que es magia de este entuerto. Alguien a quién encontré en mi camino, por quién me detuve, quién me sacó del abismo.

La vida es tan bella como nosotros queramos que sea, y yo confío. Las almas gemelas existen y yo la tengo, pero no es el momento. Soy joven y quizá no le di al destino suficientes oportunidades de obrar a tu favor y al mío. Mientras tanto, ahora estoy en él, concentrada, enamorada, con la ilusión que merece y que después de todo, merezco.

Y quizá me equivoque y sea él mi alma. Quizá sea ella la tuya. Quizá sean ambos tan maravillosos que cambiaríamos el cielo por el infierno para estar a su lado. Quizá tengamos razón y el caos dentro de su desorden, sea perfecto.

En el amor… a veces cuando se pierde, se gana.




ENGLISH: DRAW


Sometimes when you win, you lose...

I see my alter ego, that I could be and I'm not. The opportunity cost of my choice generated some time ago. I certainly get carried away by the river of fate, trying to know and meet, deciding to be with you and then leave and never to kiss you.

I know what it costs and what she is worth much now. So much that like you, I love her and as me, I hate. So much that at the same time everything is mixed and it drives me crazy. My life since that day has been a chaos of emotions up and down without any order. That same chaos that we talked few days ago and we admire its beauty.

However, beyond this, I know you love her because what you see in her, I also see it. She is many things I could have been. We're like those two French muses, which give us their initials, that each one seems more utopian ... comparable and yet so different.

See you happy to help me forget you. I know you don’t need me hurts... but we know friend the doubt always attracts like pain and hate are overcome. Thus, the pain that you cause me now, is stored in me as a favor rather than a threat. Thank you for this act then so indirect.

He would give you too. Yes ... he is magic of this mess. Someone who came in my way, I stopped by whom, who took me out of the abyss.

Life is as beautiful as we want it to be, and I trust. Soul mates exist and I have, but it is not the time. I'm young and maybe did not give to fate enough opportunities to target work to your advantage and mine. Meanwhile, I'm in it, focusing, in love, hoping it deserves and that after all, deserve.

And maybe I'm wrong and he is my soul. Perhaps she is yours. Maybe they are both so wonderful that we would change the sky through hell to be at his or her side. Perhaps we have reason and chaos in their disorder, would be perfect.

In love ... sometimes when you lose, you win.

2 comentarios:

Clara Báez Morandi dijo...

ay ay ay, sólo me sale "ay ay ay".
Megusta.

Anónimo dijo...

Abres paréntesis y dentro un trío de sentimientos. El tres es un número mágico y hasta divino; en el mus vale como el rey y por tanto tiene el poder. Pero en caso de empate, gana la mano y los otros pierden. Como no hubo órdago el juego sigue y las señas, ahora, se convierten en la clave…si te acompaña la suerte.
Cierras paréntesis.
Que la suerte te acompañe.
Sigue escribiendo, lo haces muy bien, muy bonito