Estos verbos últimamente se incorporan en el vocabulario de quien me rodea, como la expresión “a ver si hay suerte” en Navidad, o cualquiera que se os ocurra. Sin embargo, podría unir en un grupo numeroso a los martirizados por el estrés de la ciudad, de un Madrid que en julio y agosto siente arder sus calles hasta el límite del dolor de lo inerte. Un Madrid que experimenta la soledad y a su vez el ser admirado o incomprendido por aquellos que por primera vez lo recorren.
Los madrileños o residentes que escapan, realmente me pregunto si lo hacen de la ciudad o de sí mismos. Profesiones duras, relaciones comprometidas, exceso de aire concentrado, puede ocasionar esta vertiginosa sensación de huída. Puedo decir que yo, madrileña, trabajadora, estudiante… que adoro Madrid y adoro viajar, no espero a julio, ni a agosto. Cualquier fin de semana sirve para poder respirar si lo que necesitas es, como en mi caso, encontrarte contigo mismo de nuevo. Porque si… yo a veces, huyo de mi misma…
En este segundo punto estarían junto a mí otro subgrupo de personas, que para verse a sí mismos no sirve un espejo… pues a veces la rutina mecaniza tus pensamientos y posibilidades. La escapada puede servir en este caso, por lo menos a mi me funciona, para aclarar las ideas, las pretensiones, los sentimientos. El estadio de “Echar de menos algo o alguien” es más útil de lo que creemos, o de quien lo impide, porque es como un permiso a la emoción para que se manifieste, y así, una ventaja a la razón para entenderse.
Por último, existe otro grupo que desgraciadamente me acecha. La sensación de huir, cuando lo que acontece es tan grande que sientes que no lo vas a soportar más, y aún así debes negar el impulso y mantenerte. Este es en el único de los casos donde la necesidad de escapar es más intensa, y a su vez la peor de las decisiones.
Podría decir, que los impulsos como emociones que son, prescriben en el corto plazo, y las decisiones razonadas, en el largo. Y podría añadir, que los arrepentidos, se saltaron esta regla. Mi humilde consejo antes de huir, es: templanza y paciencia.
Quiero dedicar este texto a mi buena amiga Lorena.
Escrito en Guardamar, mi pequeño refugio. 23, 07, 2011.
ENGLISH VERSION: Time to run away...
The verb "to escape" is recently incorporated into the vocabulary of my people, as the expression "to see if we are lucky" at Christmas, or whatever you can think of. However, I can join a large group of the martyred by the stress of the city of Madrid in July and August, which streets burn until the pain that the inert can feel. Madrid experiencing loneliness, also to be admired or misunderstood by those who cross it first.
People of Madrid or residents that run away, I really do wonder if it is of the city or of themselves. Professions hard, committed relationships, excess air concentrations can cause this giddy sense of escape. I can say that I'm from Madrid, worker, student ... I love Madrid and I love to travel, don't expect to July, or August. Any weekend serves to breathe if you need it, like me, find yourself again. I sometimes run away from myself...
In this second point would be with me another subgroup of people that to see themselves, a mirror is not enough ... Sometimes the routine machining your thoughts and possibilities. The break can be served in this case, at least works for me, to clarify ideas, arguments, feelings. The stage of "miss something or someone" is more useful than we think, or who prevents, because it's like a license to emotions can be manifested, and thus, an advantage to the knowledge to understand it.
Finally, there is another group that unfortunately is stalking me. The feeling of escape, when what happens is so huge that you feel that you can't take it anymore, and also in this case, you must deny the impulse and keep you. This is the only time where the need to escape is more intense, and also the worst decision.
I could say that the impulses as emotions that are prescribed in the short term, like reasoned decisions in the long. And I might add, that sorry people, skipped this rule. My little advice before run away, is moderation and patience.
To my good friend, Lorena.