- Muchas gracias soldado. Vamos Pili, entráte y quédate quieta.
- Cuando usted lo necesite. en este tren tiene buena escolta.
- ¿No le han dicho nunca que es preciosa?
Noté mis mejillas encendidas... Miré a mis hijos en silencio.
- Muchas gracias de nuevo soldado. Quisiera ahora descansar un poco. Solo he recorrido la mitad de un largo viaje.
- Sí, por supuesto. Vamos Manuel, déjemos descansar a la dama.
- Avísenos si neesita cualquier cosa.
- Así lo haré.
Bueno, por fin... cuando de nuevo levante estaré a unos pasos ya... Vi el periodico sobre el asiento de cuero marrón frete a mi. Mi hija al verlo se anticipó y m elo tendió en las manos.
- Gracias cielo, descansa un poco con tus hermanos.
Fechado de hacía unos días, 30 de Mayo de 1953. Aún en las primeras páginas veías a Francisco Franco en alguno de sus actos oficiales. Era absurdo informrse de algo en esas páginas, la censura había llegado a cualquier rincón de nación española. De hecho, no seguía mucho los asuntos políticos. Melilla, tierra española tan retirada, aunque fue clave en la Guerra Civil y muy cercana a los coflictos en Marruecos, seguía estando lejos del corazón de España. Así pues, nuestros corazones se movían por impulsos diferentes pese a formarse con el dolor de la sangre, la muerte y la ruina durante los años bélicos de mi adolescencia.
Por momentos noto como todo es más oscuro. El instinto maternal hace que de manera iconsciente acomode a los pequeños. Pili a mi izquierda, Rafa en mis brazos y Espe en el carrito frete mi... así dormimos, despertando en Madrid.
1 comentario:
Me encantan las fotos de esa época. Por el momento la historia me está pareciendo interesante, más sabiendo que todo es verdad. :)
No la dejes abandonada ¿eh?
Un besito.
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