Somos animales, no niegues la evidencia,
nos movemos por instintos sin conciencia,
y racionales si, estereotipos sin la inercia
que alza muros frente datos de la ciencia.
Leyes y teorías demuestran irrealidades
antónimos de sus cometidos principales,
opiniones sin base, y si, como animales,
parte de esto, establece tus prioridades.
Ponemos en la cumbre objetos peligrosos
para empujarlos suavemente; cuidadosos
observamos vaivenes; susurran sigilosos
lo absurdo del problema, absurdos somos.
Y me río del que ríe tras un largo llanto,
de los momentos caídos desde ese alto
empujados por quiénes yo ahora canto,
pasaron de sí mismos, eufemismos tanto
para mí como para el resto de su vida,
que creían cuidar, descuidando esa ida,
de su mente y su sentimiento cohibidas,
perfectos ejemplos, especies protegidas.