Aún soy capaz de recordar ese día que fui flor, en los que mi piel, blanca y tersa esperaba una caricia de esos dedos que aún anhelo en mi recuerdo. Aún recuerdo hacerme, en mi pelo moreno y largo, tocados y mirarme en el espejo de mi cuarto. Pestañas largas, aún más largas tras un repaso. Sueño en ocasiones con tu mano aferrada fuerte a mi cintura, tan estrecha, que la perdía de vista cuando ceñías los dedos. Una vez a la semana de cuclillas en mi cama, nos hacíamos masajes en partes de nuestro cuerpo que aún las recuerdo. Ese recorrido de la nunca por la espalda, por el hueco de la rodillas hasta las puntas de mis pies pintadas de carmín.
Ahora, no tengo nada de eso y tamopco te tengo a ti. Sólo tengo esta fotografía y a una señorita que con la edad que tenía yo antaño, viene a ponerme inyecciones una y otra vez, amoratando la piel que tanto me hube cuidado. Ahora ya no logro verme aquellos pies. Cuando me miran, ya no sonrío pues no ven la flor que fui. Ahora se que los míos son los únicos que ven, la flor que sigo siendo. No es una apariencia, es el ciclo de mi vida, una única esencia.
3 comentarios:
¡Qué preciosidad! Al principio me costó entenderlo bien, pero cuando lo conseguí me pareció precioso lo que haces, trasladando tus palabras con ella. No sé si la palabra que elegiría es: emotivo.
Un beso poeta. Y muchos ánimos, que ya queda poco. :)
Me encanta cómo has utilizado los colores en tu blog, con rojos, grises y negros, y la foto de Amélie con sus frambuesas. Se nota que tienes mucho ojo para eso.
Me han gustado tus reflexiones. Volveré. Un saludo.
¡Anda, me has puesto en tus enlaces! Muchas gracias...Te voy a poner yo también, que no se diga...Que además me ha dado muy buena impresión tu blog. Así de primeras no me suele pasar, pero el tuyo me ha entrado muy bien por la vista y además me gusta mucho las cosas que cuentas...Es como muy ameliesco también, con las fotos de París... En general, está muy bien hecho. Se ve que tienes ojo ;) Un saludo.
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