lunes, 30 de marzo de 2009

Reflexión sobre la Inspiración

Nunca creí, pero una vez soñé con un unicornio...

Lejos del nihilismo, a día de hoy es díficil creer en algo con toda la certeza. No sabemos, ni podemos probar donde acaba la realidad de cada persona y comienza su imaginación o simple percepción de la vida. Sin embargo, no es discutible que lo que se ve y se siente es real para cada uno y si ese algo es íntimo y particular, además de la fe, la tolerancia es la que entra en escena.

Experimentamos sensaciones a las que un día decidí ponerles cara y cuerpo, pues alma ya tienen. Sensaciones que rebolotean por mi pequeña burbuja deseándole que las ponga nombre. Recuerdo una muy linda, de cabellos largos y ojos grandes y brillantes. La encantaba disfrazarse, tocarme en mis momentos más intensos con su delicada mano y hacer así más grandioso el instante que le precede. Jugaba a estar en todo y ahora juega a no estar en nada. Ella sabe que no olvidaré su sentir como yo se que nunca olvidará mi cara...

Nunca creí en unicornios, pero hoy soñé...

3 comentarios:

Jesús V.S. dijo...

Interesante... :)

Me ha gustado la reflexión. La inspiración pueden ser tantas cosas a la vez...

Un beso. :)

Ari Schreiber dijo...

....m gusta!!!

Martini Limonakis dijo...

Me está gustando esto de tener blog... maldita telemática!

Es? Qué es ser? Todo es tan relativo... Pero como tú dices, si algo existe para nosotros, es, y tiene alma, ojos, pelo y cristo que lo fundó :P Y si alguien es capaz de decir que tú no ESTAS inspirada, que venga dios y lo vea.

Ya sabes M... (L)