La razón de la existencia
es como ver al Sol saliendo
una bonita consecuencia
una bonita consecuencia
de un ayer atardeciendo.
El Sol no piensa, ni siente,
tan solo brilla, tan solo escapa,
tan sólo, tan lleno de gente,
que le esperan, que le bailan.
Testigo de buenos momentos,
enemigo de miles de lágrimas,
un yo, que curado de tiempo,
una a una, pasa las páginas.
La estrella de mis sonrisas
inspirador de mis reflexiones
no vayas con tanta prisa
te suplico que me perdones.
He perdido mi confianza
y en este banco estoy busando
mi aquel yo y a su esperanza
a mí misma, a mí soñando.
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