domingo, 2 de noviembre de 2008

Lo escribo o no lo escribo

Un ligero mareo; la puerta del pensar cerrada; un bombeo incesante y creciente de los sentidos; calor rojo, color pasión; húmedo el sudor que en ese instante se derrama, escapa de la cárcel del fulgor dejando al dueño aún más exhausto. Ves la luz, la salida pacífica y gloriosa del esfuerzo, pero en ti se crea un conflicto pues prefieres mantener, aguantar esos minutos para prolongar luego la locura, volar más alto que en cualquier segundo del día. Y esperas, y lo consigues. Viajas a la dimensión de las sensaciones, dejas de existir, no te oyes, no oyes, ni ves, ni hueles... y sin embargo, sientes tanto que te duele. Momento que anula tu ser para ser más aún que ese momento. Poco a poco te ubicas dentro de una respiración entrecortada y vuelves a sentir con aquellos que durante un momento te abandonaron. Entonces le oyes, le hueles, le miras y te mira, le besas y descubres que sabe igual que tú. Una caricia, suave y pequeña, decide acontecer y sin semejante esfuerzo, vuelves a volar...

Silencios, sonrisas y sueños.

3 comentarios:

S. Vigara dijo...

"sientes tanto que duele" es una de mís frases favoritas. No recuerdo donde la leí por primera vez, pero me encanta.

Me pareció que describías la llegada de una musa antes de escribir!

Un besito!

Ari Schreiber dijo...

La pasión...
no deja tregua.
Me gusta.
Besos. uxía

La Penca dijo...

Qué post más bonito, y más lleno d sensaciones...

...A quién no le gustaría volar así...

Besos.